Edil Diego Rodríguez cuestiona el criterio de la intendencia al momento de definir en qué cruces es necesario instalar semáforos.
La Intendencia de Montevideo (IM) apostó a mejorar la fiscalización y el control del tránsito a través de la creación de un Centro de Gestión de Movilidad (CGM), y asegura que dio buenos resultados: 2018 fue el año que registró el menor número de fallecidos en accidentes de tránsito. Por eso procura seguir en esa línea de trabajo y solicitó a la Junta Departamental que la autorice a gastar US$ 2,3 millones del Plan de Movilidad financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo para ampliar el CGM y comenzar a implementar la tercera fase del proyecto, informó El Observador el sábado 17.
La siguiente etapa prevé, entre otras cosas, la incorporación de 91 cruces semaforizados nuevos, que se sumarían a los más de 497 que ya están siendo gestionados de forma centralizada desde el CGM. Eso, sostienen las autoridades, permitirá mejorar la sincronización e implementar la “onda verde”, que coordina los semáforos para evitar que los conductores deban frenar en cada cruce.
Según una presentación que el equipo de Movilidad de la IM hizo ante los legisladores departamentales, uno de los objetivos es completar la centralización de cruces semafóricos para lograr “mejores coordinaciones entre vías principales y secundarias” y optimizar la gestión del tránsito. Así, esperan que en 2021 más del 80% de la red de semáforos sea gestionada de forma centralizada.
El director de Movilidad, Pablo Inthamoussu, dijo a Búsqueda que la instalación y la incorporación al CGM de los nuevos semáforos requerirá de una inversión de US$ 1,2 millones, mientras que el resto de la infraestructura —que incluye cámaras de conteo de vehículos y circuito cerrado, equipos de fiscalización fija y de velocidad por tramos, y paneles de mensajería variable— costará US$ 1,1 millones.
El tamaño de la inversión se debe, principalmente, a que la instalación de semáforos en la ciudad es muy costosa. Según información de la IM a la que accedió Búsqueda, un cruce simple con cuatro semáforos cuesta alrededor de US$ 35.000, un cruce en una avenida con cuatro columnas y dos semáforos colgantes alrededor de US$ 45.000, y un cruce en avenida con dársena de giro, US$ 85.000.
La bancada de ediles del Partido Nacional, sin embargo, cuestiona el criterio de la intendencia al momento de definir en qué cruces es necesario instalar semáforos. “Hay muchos que a nuestro entender no tienen ninguna razón de ser, que se encuentran a pocos metros uno de otro y que no justifican su instalación”, dijo a Búsqueda el edil por el Partido Nacional Diego Rodríguez. El legislador realizó en marzo un pedido de informes donde consultó a la comuna los precios y el costo de mantenimiento de los semáforos, los criterios para su colocación y las razones por las que aún no se ha implementado la “onda verde”. La solicitud fue contestada en julio y, según el edil, solo se respondía una de ocho preguntas.
“Si bien las autoridades afirman que esa herramienta funciona, es mentira”, aseguró el edil. Mencionó como ejemplo que los semáforos en avenidas como Rivera, Av. Italia, Comercio y Bulevar España están descoordinados. “No vemos un movimiento fluido cuando la IM tiene la herramienta para hacerlo”, agregó. Ese es uno de los puntos que algunos ediles opositores exigen para acompañar la propuesta de ampliación del CGM.
Además, Rodríguez cuestionó que las personas puedan solicitar la instalación de semáforos a través del Presupuesto Participativo, ya que a su entender los ciudadanos desconocen el elevado costo que tiene y hoy hay varios cruces semaforizados “innecesarios”.
Inthamoussu dijo al respecto que “hay una cantidad de cruces que surgen de los estudios técnicos de Ingeniería de Tránsito”, y que “hay otra cantidad que se proponen en el Presupuesto Participativo, que también se estudian técnicamente para ver su viabilidad”.
Añadió que “la mayoría de la gente se sorprende” por el precio de los semáforos, pero explicó que lo más caro es la obra civil, que implica una canalización por debajo del pavimento para la conexión.
El jerarca dijo también que en algunos casos el costo de la instalación de un semáforo es asumido por un emprendimiento privado, cuando se trata de iniciativas de grandes superficies, como laboratorios o depósitos de logística. En esos casos se realiza un estudio de impacto territorial y de tránsito a pedido de Planificación Central, que evalúa la necesidad de colocar un cruce semaforizado.
“La prioridad se la otorgamos a los semáforos en puntos donde hay mayor siniestralidad o que involucran cruces donde hay centros de salud o de enseñanza, o por temas de circulación. Pero cuando no tienen esas características, se evalúa si un privado debe hacerse cargo y nosotros supervisamos la obra”, afirmó.
Montevideo tiene aproximadamente 700 cruces semaforizados. Según informó la IM, en 2018 se instalaron 18 cruces nuevos, mientras que en lo que va de 2019, se colocaron 15. A su vez, el mantenimiento de la red de semáforos (que incluye desde el funcionamiento de las señales luminosas, a los repuestos y el mantenimiento de las obras civiles) tiene un costo anual de casi $ 34 millones.
La bancada de ediles blancos presentó el martes 20 un nuevo pedido de informes para solicitar que se desgloce el detalle del costo de cada semáforo, con el fin de saber cuánto se destina para mano de obra, para cableado, y si son de fabricación nacional o importados.
Rodríguez señaló que a su juicio también faltan datos que demuestren si realmente la disminución de la siniestralidad se debe al CGM, ya que, según dijo, las autoridades no muestran comparativos de la cantidad de accidentes que había antes y después de su implementación en puntos específicos. Desde el oficialismo, sin embargo, confían en que tendrán los votos para continuar ampliando el sistema de gestión. El CGM “ha bajado los niveles de siniestralidad y mejorado la circulación en varias arterias de Montevideo. Por tanto, entendemos que no debería ser una cuestión diícil conseguir los 21 votos para habilitar la financiación”, aseguró el edil frenteamplista Claudio Visillac.
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