Senador Delgado: “Es tan importante la posibilidad de ganar, que yo trato de minimizar los temas internos”

Un partido movilizado y con nuevos grupos que intentan consolidar una proyección nacional es una señal positiva para Álvaro Delgado, que apuesta a que los blancos sean “opción de cambio” y le resta importancia a los temas de la interna partidaria. El desafío del Partido Nacional (PN) es captar a los descontentos con el Frente Amplio (FA) que tomaron la decisión de no volver a votarlo, y con ese objetivo van a trabajar en los próximos dos años. En entrevista con CRÓNICAS, el legislador lamentó que “el gobierno se hizo UPM dependiente”, y criticó a la coalición, cuyas diferencias internas dejan de “rehén” a la oposición en el Parlamento.


 El menú  El senador optó por la clásica lasagna de Panini’s, que acompañó con agua mineral sin gas. Para extender la sobremesa, prefirió té mixto.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-El martes pasado participó de la movilización rural en Durazno. ¿Por qué consideró importante estar presente?

-Es una buena pregunta porque incluso escuché audios de gente que decía que no estaba bueno que fueran actores políticos. Yo era el primer interesado en que esto no se partidizara. La movilización era muy genuina, tal es así que la decisión de Luis Lacalle Pou de no ir tuvo mucho que ver con eso, más allá de que habló del tema y de la legitimidad de las movilizaciones.

-¿Por qué no fue? ¿Por su condición de líder del partido?

Para que no se entendiera que podía haber una utilización partidaria del tema. En mi caso era diferente. Además de estar consustanciado desde siempre porque soy veterinario y tengo una vinculación con el campo, integro la Comisión de Industria y Energía, la de Ganadería, y presido la de Hacienda y la de Asuntos Laborales. Pero además trato de ir a todas las asambleas, convocatorias y congresos de los diferentes actores de la sociedad, mientras sea dentro del marco de la ley, con respeto y tolerancia, más allá de que comparta o no lo que se diga, trato de ir a escuchar. El martes fui a eso, y lo que no se puede hacer es mirar para el costado.

-¿A qué conclusiones llegó luego de esa instancia?

-Primero, que hay un estado de ánimo porque hay sectores que están ahogados, y tenían necesidad de expresarlo públicamente y que se les tomara en cuenta. Hubo un análisis del ingeniero [agrónomo, Eduardo] Blasina muy claro sobre problemas y situaciones que están viviendo de gasto público, tarifas, temas productivos, atraso cambiario, apertura internacional. Y habló de terminar con los prejuicios que ahondan la brecha en la sociedad, que algunos los fomentan porque es parte de la supervivencia, porque están de un lado o del otro.

Esta manifestación nos interpela a todos, tenemos que asumir responsabilidades en las situaciones y en las respuestas, obviamente con niveles diferentes porque yo no tengo la misma responsabilidad que tienen actores del gobierno, que además tienen mayoría propia hace tres períodos.

-¿Cuál sería la responsabilidad del PN entonces?

-Tomar nota, porque lo peor que podemos hacer es ignorar un proceso. Vamos a ver cómo continúa esto. Hay soluciones que son más posibles, otras más difíciles; hay cosas que van por caminos legales, pero acá lo que se necesita es voluntad política, y nosotros tenemos que insistir en eso y también plantear algunas propuestas.

-Uno de los reclamos de los productores fue la rebaja de tarifas públicas. Justamente, por el aumento que rige desde el 1º de enero, usted citó a los ministros de Economía, Danilo Astori, y de Industria, Carolina Cosse, que comparecerán en la Comisión Permanente el próximo lunes 29. ¿Cuál es el objetivo?

-Esto estaba previsto antes, pero justo cae en este proceso. Va a ser un buen momento para discutir, con un tono de respeto, quizá no de coincidencia. Al gobierno se le fue la mano en este incremento de tarifas públicas. Se les está exigiendo a los entes una transferencia [a Rentas Generales] por encima de lo habitual, incluso a algunos que han tenido años muy buenos, como UTE.

Encontraron en las tarifas una vía para tratar de “controlar” que no se siga incrementando el déficit fiscal, porque son fáciles de recaudar e imposibles de evadir, y eso cayó muy mal porque había una expectativa en sentido contrario. Habían hablado de la posibilidad de bajar los combustibles y la energía eléctrica, y después no solo no los bajaron, sino que los aumentaron.

Hay una decisión de utilizar las tarifas públicas para recaudación. Esto en el sector productivo incide en los costos y en las condiciones de competitividad, porque además tenemos tarifas más caras que aquellos mercados donde competimos, y eso impacta en la producción, en la rentabilidad y en el empleo, que es el gran desafío del Uruguay para adelante.

-¿Con este llamado a sala pretende que el gobierno dé marcha atrás en el aumento de tarifas?

-Va a ser difícil que eso se dé, pero por lo menos pretendemos empezar a poner arriba de la mesa el tema de las tarifas, la competitividad, los fundamentos de por qué entendemos que se les fue la mano, cómo nosotros vemos que impacta. Esperemos que sea un diálogo constructivo y después podamos hacer algunas propuestas.

-“Todos estamos de acuerdo en que el ciclo del FA se terminó”, dijo Lacalle Pou en la tradicional reunión del sector en La Paloma. ¿A qué se refería exactamente?

-Tiene que ver con una forma de ver el Estado, de concepción tributaria, de brecha, de prejuicios, de división de la sociedad, a veces algunos niveles de descalificación, y yo creo que la gente se hartó de todo eso.

“UPM desnudó grandes problemas y temas a resolver que tiene Uruguay, por algo planteó condiciones que tienen que ver con competitividad, ocupaciones, el tema tributario”

-¿Antes de que el FA gobernara eso no pasaba?

-Podía pasar, pero no te olvides que después de tres períodos no hay excusas. Mucha gente genuinamente se enamoró del FA, que tenía una mística. Sin embargo, si uno ve hoy los estudios de opinión pública, el PN aumentó un poco su intención de voto con respecto a la elección anterior, el FA se desplomó en 15-16 puntos, y creció un bloque que son los “no sabe/no contesta”, que tiene mucho que ver con los desilusionados.

El FA es el partido que más diferencias internas tiene, y administrarlas y terminar con una decisión común es un proceso a veces traumático. Cada vez lo estamos viendo en más proyectos de ley, con concesiones recíprocas entre sectores donde todos terminamos siendo rehenes de una interna del partido que tiene mayoría. Mi impresión es que la gente se dio cuenta de que eso no está bueno, y cada vez hay más uruguayos que asumen que no va a haber una transformación en algunos temas si no cambia el gobierno. Todo ese proceso va coadyuvando a que lleguemos a pensar que el ciclo del FA en el gobierno se puede terminar.

-En ese contexto, ¿qué desafíos tiene el partido?

-El desafío del PN no es cuestionar lo que hicieron, es tratar de enamorar a los desencantados, de que vuelvan a creer, y para que eso ocurra tenemos que ser sólidos y muy claros en las propuestas. Si nosotros logramos enamorar aunque sea a un porcentaje de los descontentos –la mayoría son exvotantes del FA-, es una gran oportunidad para el cambio. Ahí tenemos el desafío de representar mucho más que a los blancos, a todos los que quieren cambiar el Uruguay.

-¿Les está costando hoy captar a esos descontentos? Porque según las encuestas, pese a que el FA baja, la oposición no sube demasiado o aumentan los indecisos.

-Nadie va a irse de un lado y saltar para el otro enseguida, es un proceso que nosotros debemos acompañar, y tenemos que darles los mecanismos para incluirlos y para que sientan que podemos representarlos y hacer el cambio que buscan y que del otro lado no consiguen. La primera decisión ya la tomaron, que es no votar más al FA, ahora tenemos dos años para trabajar.

-Lacalle Pou habló también de que el modelo de la izquierda fracasó. ¿Comparte esa visión?

-En algunos aspectos sí, pero yo no creo que todo lo que hizo el FA esté mal. En algunas cosas uno puede coincidir y en muchas va a discrepar. Creo que se perdieron oportunidades, sobre todo cuando vivimos procesos de expansión económica, con commodities que valían mucho, con niveles de desempleo muy bajos. Se podría haber hecho un gran cambio en Uruguay, de políticas activas, de infraestructura, pero uno pasa raya y ve que lo que ya no se hizo no se va a hacer.

-¿La inversión con UPM va por buen camino?

-El gobierno a falta de buenas noticias o acciones se hizo UPM dependiente, generó todo un proceso de expectativa tan grande con el tema que no es bueno. Yo no estoy en contra de la inversión, me parece que es positiva. Por otro lado, UPM desnudó grandes problemas y temas a resolver que tiene Uruguay, por algo planteó tres o cuatro condiciones que tienen que ver con competitividad, ocupaciones, el tema tributario.

En definitiva, estamos en un proceso donde la contraparte Uruguay viene muy lenta. UPM va a esperar que nuestro país haga su parte de los deberes, sobre todo en infraestructura y en alguna legislación, por lo menos en un grado bastante avanzado para tomar la decisión al final. Tiene cierta lógica, pero es una decisión que se va a tomar seguramente en el 2020, y en el caso de que se tome, quizá varios meses o un año después que se ponga el primer ladrillo.


“El único candidato que captó desencantados con el FA fue Lacalle Pou”

-Alianza Nacional, el otro gran sector del PN, ha sufrido importantes movimientos y abandonos que según algunos politólogos lo han desgastado. ¿Esto repercute en el partido? ¿Fortalece el ala que lidera Lacalle Pou?

-Nosotros queremos, obviamente, consolidar nuestro sector y hacerlo crecer, pero no destruyendo. Apostamos a traer gente, a ir a buscar a los descontentos. El único candidato que captó un porcentaje –por ahora pequeño- de esos desencantados ha sido Luis según los datos de opinión pública, y ese es el objetivo principal.

“Los descontentos con el FA ya tomaron la primera decisión que es no votarlo más, ahora tenemos dos años para trabajar”

Después, que se promuevan opciones en el partido y gente que tenga ganas de armar estructuras sobre la base de contribuir a lo principal y no quedarse en lo accesorio, para mí está bueno. También es positivo que haya grupos de intendentes que quieran tener envergadura nacional para formar una alterativa, siempre pensando en lo principal.

-¿A qué se refiere con lo principal y lo accesorio?

-Lo principal es que el partido lidere la oposición para que sea opción de cambio y pueda representar a todos los que quieran cambiar el país. Lo accesorio son los temas internos de arquitectura partidaria. Es tan importante la posibilidad de ganar el gobierno y darle una impronta diferente al Uruguay, que estos temas [de la interna] yo trato de minimizarlos.

-¿No ve un Jorge Larrañaga desgastado?

-No voy a opinar del proceso de Larrañaga, pero lo veo con ganas. Todos los sectores tienen idas y vueltas. Lo que estoy viendo es que hay más opciones.

-¿Y hay espacio para una tercera vía?

-Capaz que tercera y capaz que cuarta. Yo no soy quién para determinar cuántas vías tiene que tener el PN. Donde haya ganas, estructura, crecimiento y participación, bienvenido sea.

-¿Tiene que haber una mujer en la fórmula blanca?

-No lo sé. La fórmula tiene que ser compensada, es decir, que de por sí signifique algo. Tiene que estar conformada por el liderazgo del presidente, pero con una compensación en función de otros valores, miradas y atributos del vicepresidente o la vicepresidenta. Eso es lo más importante, que sea armónica y que tengan buena relación. Si eso es con una mujer, bienvenido, de lo contrario buscaremos una alternativa.


“La oposición sí es alternativa, y no descarto integrar a gente notoria del FA a un eventual gobierno”

-¿Comparte la propuesta de Larrañaga de que la oposición se una para acordar algunos puntos programáticos de cara al 2019?

-La comparto. Me parece que hacer eso es sano y oportuno. No solo lo está planteando él, también [Pablo] Mieres desde otra óptica, y Gonzalo Mujica, que se fue del FA. Quizá el primer ámbito de coordinación en la oposición se dio sin quererlo en la Investigadora de Ancap en el 2015, porque el tiempo era poco y el tema era muy grande, con [Pedro] Bordaberry, Mieres y yo tratando de distribuir temas.

Además, en el Parlamento la oposición está votando en forma similar y hay ámbitos de intercambio, de acercamiento, de reflexión. Lo que plantean Jorge y otros me parece que está bueno porque nosotros al balotaje tenemos que ir con algunos temas muy claros, con propuestas concretas.

-Sin embargo, el secretario general del Partido Colorado, Adrián Peña, que está en la misma búsqueda de acuerdos entre los partidos no oficialistas, dijo a CRÓNICAS que “el FA está en proceso de decaimiento pero a la oposición le cuesta ser alternativa”.

-Yo no lo creo. Yo creo que la oposición es alternativa sin duda, por eso digo que el desafío es enamorar a los descontentos, que vuelvan a creer, pero sobre todo liderar a los que quieren un cambio sin importar de dónde vienen ni qué votaron, sino lo que quieren para adelante. En este proceso de generar el liderazgo de un cambio y después cristalizarlo en un balotaje, yo no descarto integrar a alguna gente notoria del FA a un eventual gobierno.

-¿Por ejemplo, a quiénes?

-No voy a dar nombres, pero en algunos temas hay personas muy valiosas del FA, que muchas veces están anuladas por esa correlación de fuerzas en la propia interna del partido de gobierno, y quedan opacadas o absorbidas por esa disputa, aunque son técnicos de primer nivel.

-Volviendo a lo anterior, la teoría de Verónica Alonso, según dijo en entrevista con CRÓNICAS, es que los blancos no han “logrado ser una alternativa creíble porque algunos miran chacritas”.

-Yo estoy en contra de las generalizaciones. Habla de “los blancos”, capaz que algún blanco sí. Yo he intentado durante todo el reportaje hablar de lo principal –que el partido sea opción de cambio-, que es tan importante que hay que concentrarse en eso. Si hay alguien que quiere concentrar toda su fuerza, su intelecto, sus ganas y su voluntad en lo accesorio –los temas internos-, que lo haga.

Fuente: Crónicas