Diputado Alejo Umpierrez: «El presidente intentó clavar una cuña en el movimiento»

—Más allá de que algunos legisladores nacionalistas que, además, son productores como usted se han pronunciado sobre lo que está pasando en el agro pareciera que las principales figuras partidarias han optado por un perfil bajo en este tema. ¿ Es una decisión estratégica? ¿Se ha dado alguna pauta de actuación en el partido respecto al asunto?

-No ha sido motivo de consultas internas ni de estrategia. Tiene que ver con una forma natural de cómo el Partido Nacional entiende la vida y las relaciones gremiales. El Frente Amplio históricamente utilizó cualquier tipo de gremio para que fuera polea de transmisión de su ideología política. Nosotros tenemos la costumbre de ser muy respetuosos de los movimientos sociales. No creemos que haya que dirigirlos, ni que manejarlos, ni que manipularlos, ni que utilizarlos de manera electoral. Creemos en la autenticidad de los movimientos sociales. Yo he sido sumamente cuidadoso. Soy presidente de la Comisión de Ganadería de Diputados y tengo una obligación mayor de tener una posición frente a ellos. Y lo he hecho con sumo respeto, para no aparecer encabezando ninguna movilización ni tomando más parte de la procesión de lo que me corresponde. No he recibido ninguna directiva de cómo actuar. Es una cuestión de ADN filosófico de un partido.

—¿Qué evaluación hace de la reunión del presidente Tabaré Vázquez con las gremiales rurales?

—Creo que el presidente lo que quiso hacer fue dividir y no dialogar. En el momento en que todos los productores dicen en esta coyuntura que no se han sentido representados por las gremiales, cuando se pretende dialogar de esta manera no se está dialogando con los que supuestamente son los que están llevando a cabo todo un movimiento. Se trata de una forma de clavar una cuña en la interna del movimiento para ver si se puede dividir y desactivar la medida de Durazno. Es una estrategia válida del presidente, desde su punto de vista es una movida inteligente.

—Pero el presidente necesita interlocutores, no puede reunirse con cada grupo de «autoconvocados».

—Correcto. Pero los «autoconvocados» se están dando su estructura. A mí entender, la Federación Rural tomó una posición cauta y mesurada porque evitó eventualmente quedar desairada ante una continuidad de este movimiento. Por eso, puede ser el carril natural para rencauzar institucionalmente todo este petitorio.

—¿ Qué medidas urgentes, paliativas, se podrían tomar para paliar la situación del agro?

— Gasoil productivo, reperfilamiento de deudas que no quiere decir un «perdonattuti»…. En materia de electricidad no considerar solo el costo del kilowatt sino las potencias contratadas que en el mundo arrocero cuestan más que el consumo. Las tarifas tienen que homogeneizarse en el caso de la lechería. Para la lechería, un tanque de frío no tiene horas «pico», «llano» o «valle», la leche tiene que estar fría todo el tiempo. Es una locura lo que pagan cuatro horas, cuatro veces más que en el horario que llaman «llano». Hay un tema de inadecuación burocrática muy grande a la realidad productiva. Hay que ir ajustando. Hay medidas micro y medidas de fondo que tienen que ver con el gasto público. La primera válvula sería la promesa del propio ministro (Danilo) Astori de rebajar 33% las vacantes que se produzcan en el Estado, cosa que no se ha hecho. Eso permitiría ahorrar 7.000 sueldos por año, para dar por lo menos una señal. Es una maquinaria endemoniada fatal que es como una hidra de mil cabezas. No es cortando una cabeza, es cortando varias cabezas que uno empieza a hacer una diferencia.

—¿ Y en materia tributaria?

—Ahora se reajusta la contribución por el Índice de Precios al Consumo (IPC) pero el año pasado se sumó un 18% adicional provocado por la derogación de una exoneración de la época de (Jorge) Batlle. Sería bueno, no digo eliminarla, pero dejarla en suspenso por dos años. El sector está necesitando aire, tiempo. Los precios del pasado no van a volver. Lo que tiene que hacer es adecuarse el Estado en materia de costos. De cada 100 dólares que entran al sector ganadero, 87 terminan fuera del productor.

—Las gremiales enfatizan mucho en el «atraso cambiario». ¿Hay algo que se pueda hacer?

—Yo no creo que el atraso cambiario tenga solución porque no es una variable que maneje el gobierno. Mientras sigan entrando millones de dólares por el turismo y por las inversiones y haya tasas de interés bajas en Estados Unidos, vas a tener afluencia de capitales hacia el mundo periférico. Todos sabemos que el Estado tiene que salir a comprar dólares para tratar de sostener una cotización. El problema son nuestros costos internos. La cotización del dólar no la vamos a resolver por más que hagamos una flotación sucia. No veo que podamos tener una modificación del tipo administrativo del tipo de cambio. La única cuestión real en esto es que la recuperación de competitividad es por la reducción de costos.

Fuente: El País