Entrevista de Montevideo Portal al Senador Luis Lacalle Pou

Cuando lo entrevisté previo a las elecciones internas que luego le ganó -contra todos los pronósticos- a Jorge Larrañaga, tachaba día a día un calendario de papel que colgaba de una pared de su despacho en el anexo del Parlamento. Luis Lacalle Pou, ahora favorito para las próximas internas, se modernizó: ahora se bajó una aplicación en el celular que le cuenta los días que faltan para cada elección. A él le obsesiona una cuenta regresiva en particular. Consulta la app e informa que desde ese jueves 14 de diciembre -día de esta entrevista- faltan 808 para asumir como presidente de de la República, el cargo que hace 27 años asumió su padre, Luis Alberto Lacalle Herrera.

Habla poco con el viejo, por lo general ni le contesta los mails que el ex presidente le envía con comentarios políticos. Se confiesa preso de una vorágine que lo tiene permanentemente viajando por el país y que casi no le da el tiempo de acostar a sus hijos o ayudarlos con los deberes de la escuela.

Las urgencias lo llevaron a alterar las prioridades. Hoy critica duramente al gobierno de Tabaré Vázquez -lejos de la consigna «Por la positiva»-, insiste con distinguirse de Alianza Nacional en su postura frente al Caso Bascou y justifica el reingreso del expulsado dirigente canario Sebastián Andújar. Pero distendido, y mate mediante con un termo con el logo del tick de «la positiva», también recuerda su experiencia con las drogas y cuando plantó al mismísimo George Bush padre por un partido de fútbol 5.

-Dijiste que el proyecto del Ejecutivo respecto al problema de los llamados «cincuentones» era irresponsable y aumentaba el déficit fiscal. Hace unos días le enviaron una carta al presidente Tabaré Vázquez con las propuestas de la oposición. ¿Qué decía esa carta?

-El Partido Nacional entre 2013 y 2014 participó del diálogo por la seguridad social y después en la agenda de gobierno planteó una solución, que era la posibilidad de elegir (por qué sistema jubilarse) cuando se termina el período laboral. Se llamaba Mejor Jubilación Asegurada. Después se sumaron las Afaps y el instituto Ceres de Talvi a este planteo nuestro. Legisladores del Partido Colorado presentaron otra iniciativa y en el medio, el gobierno sale con ésta que números más, números menos, implicaba un costo de tres mil y pico de millones de dólares. ¿Por qué hicimos una propuesta? Porque Pablo Mieres, del Partido Independiente, rastreando antecedentes, encontró que en 2012 el propio BPS hizo un planteo de este tipo, como el que llevamos finalmente, que establece el reconocimiento de aportes antes del año 96, que se basa únicamente en mejorar la jubilación de los «cincuentones». Estamos hablando de que el acuerdo al que llega el FA significa una erogación de 2.600 a 2.700 millones de dólares. El proyecto que presentamos con la carta (a Vázquez) son mil millones de dólares. O sea, se hace justicia, y al mismo tiempo se ahorra bastante dinero. Eso es lo que le planteamos por escrito al presidente.

-¿Te imaginabas  que se podía desatar una crisis interna del Frente Amplio por el tema «cincuentones», donde hasta se rumoreó la renuncia de Danilo Astori?

-No me gusta meterme en temas de otros partidos políticos, pero ya que lo preguntás, creo que Astori nunca pensó en renunciar. Varias veces ha amenazado con eso, pero se ha sentido muy cómodo en el gobierno y en realidad, ha dejado de lado todos sus postulados con tal de quedarse con el poder. Y en términos futbolísticos, se lo llevaron puesto, porque todos los planteos que él hizo con cierta firmeza, no están plasmados ahí.

-De todos modos, el FA termina resolviéndolo bien, negociando y evitando la caída de un ministro, y donde tanto Ernesto Murro como Astori se sienten ganadores.

-Creo que el Frente lo termina resolviendo bien para los intereses del Frente, no para los intereses de los uruguayos. De los cincuentones sí, pero no para todos los demás sectores. Si uno tiene que pensar responsablemente en los próximos años del país, no puede decir que es una solución buena un costo de 2.700 millones de dólares. Y ahí me surge otra pregunta: ¿cómo si sólo se reduce un 10% (porque se habla de darles el 90%), cómo se establece que se baja de 3.700 a 2.700 millones de dólares? No me cierran los números… Pero demos por buenos esos números. ¿No es mejor una solución de mil millones de dólares, que al mismo tiempo soluciona la injusticia de los cincuentones?

-Hablando de resolver crisis internas, ¿cómo está el Partido Nacional tras los episodio de Agustín Bascou y Wilson Ezquerra?

-El jueves 14 hubo una sesión de directorio y los miembros que representan a nuestro sector (Todos) presentaron una moción para suspenderlo, y otros directores del partido pidieron que no se tratara ese día y que volviera a estudiarlo la Comisión de Ética. No por unanimidad, sino por mayoría, salió ese planteo. Obviamente este es un tema donde hay diferencias. Creo que no afecta la relación sectorial ni la personal.

-Ahora, hubo un claro distanciamiento entre tu postura y la de Larrañaga y la de Guillermo Besozzi por el Caso Bascou. Te criticaron por juzgar antes que actúe el comité de ética del partido. Vos redoblaste la apuesta tras el fallo de la Jutep, insistiendo en que si fueras Bascou, habrías renunciado.

-Sobre la posición hay diferencias. Hay gente que respalda al intendente Bascou y yo no lo respaldo en su actitud.

«Astori nunca pensó en renunciar. Se ha sentido muy cómodo en el gobierno y ha dejado de lado sus postulados con tal de quedarse con el poder. En términos futbolísticos, se lo llevaron puesto».

-¿Y si Bascou hubiera sido dirigente de Todos y no de Alianza Nacional?

-Es creer o reventar: yo te digo que hubiera actuado de la misma manera. En realidad, hubiera sido mucho más firme, porque hubiera sido de mi sector. Y tenía una responsabilidad agregada.

-Se dijo, desde filas nacionalistas, que tu postura frente a la de Larrañaga y Besozzi eran «matices» entre dirigentes. Pero estamos hablando de temas éticos, no parecen ser sólo matices…

-(Piensa). Creo que tenemos la misma visión sobre cómo debe dirigirse un dirigente político o gobernante. O sea, creo que con Jorge (Larrañaga) y Guillermo (Besozzi) pensamos igual sobre cómo conducirnos; quizás en este caso puntual, no pensamos que la sanción deba ser la misma. La diferencia no es que uno piensa que está bien y otro que está mal, todos lo condenamos, pero la diferencia está en la sanción a aplicar, y ahí es donde tenemos los matices.

-Vayamos a tu sector: ¿Por qué aceptaste el retorno del diputado Sebastián Andújar? Había sido expulsado del partido en 2015 por maniobras económicas con cheques. Dijiste que habías perdido la confianza en él por «conductas personales indebidas». ¿Qué cambió?

-Lo de expulsarlo en 2015 fue una decisión mía, personal, porque era un tema que no tenía estado público. Nadie lo conocía, ni la gente de mi partido. Yo tomé conocimiento de algunas actitudes de Sebastián. Lo llamé -después de enterarme de algunos temas económicos, personales de él- y estuvo sentado donde estás vos ahora. Hablé con él, y a raíz de algunas cosas que le pregunté y él me contestó, le dije que ya no le tenía más confianza, y le pedí que se retire del sector. Para mí fue duro por varias razones: primero porque había sido candidato a intendente, segundo porque era candidato a diputado por mi lista histórica en Canelones, y tercero porque perdía la mayoría de diputados del Partido Nacional. Nosotros dejamos de tener relación, no nos vimos más, yo me enteré que a pesar del episodio que nos distanció, él pensaba votar mi candidatura, lo cual me sorprendió. Pasaron dos años y empecé a averiguar si había solucionado esos temas, y supe que sí. Como yo había recibido algunos papeles, era fácil hacer el seguimiento de su cumplimiento o no -hablo de temas económicos, personales de él-… resulta que había solucionado todos sus temas. Recién ahí tuve una reunión con él luego de dos años, hablamos de política, hablamos de futuro, nos pasamos facturas, y decidí darle otra oportunidad. Él se había equivocado, pero había resuelto sus temas.

-¿Por qué les molesta tanto que el periodismo y los politólogos comparen el caso de Bascou con el de Sendic, y el procesamiento interno que cada partido hizo al respecto?

-¡Es que no es lo mismo! Notoriamente no es lo mismo: una cosa es una actitud continua de Sendic desde que era presidente de Ancap, continua y en varios ámbitos, no es lo mismo lo que involucra en la economía nacional, y tampoco es lo mismo en la importancia de un gobernante.

-Pero en ambos casos lo que se cuestiona es la ética del dirigente político.

-Bueno, sí es lo mismo si se evalúa la conducta. No se puede decir que es buena o mala según tenga 10 ceros o un cero solo la cifra económica.

«Si Bascou hubiera sido de Todos, yo hubiera actuado de la misma manera. En realidad, hubiera sido mucho más firme, porque es mi sector. Y tenía una responsabilidad agregada».

-¿Dónde quedó la consigna «Por la positiva»? Desde hace un buen tiempo parece haber cambiado la estrategia y has hecho más críticas que elogios, también a la interna.

-Mirá, cuando Roberto Lafluf y su equipo me vienen a hacer la presentación de la campaña, apenas la vi, me encantó: era una foto en blanco y negro, cero fotoshop, con el tick y el slogan «Por la positiva». Le pregunté cómo se le ocurrió el slogan y me dijo que fue un bollo, sólo me habían escuchado. «Pasamos por el cernidor tu discurso y continuamente repetís esa frase, además de ser un discurso proactivo, de construcción», me dijo. Pero no dejé de ser crítico. Antes de la campaña pasada yo había interpelado ministros, fuimos duros con temas de educación y de seguridad, pero eso no significa que sea agresivo o destructivo. Pero hoy la actitud del gobierno nos obliga a ser más duros.

-Pero vos decías que era una postura de vida, no una estrategia publicitaria. Y hoy no se ve nada de «Por la positiva»…

-Es una postura de vida. De hecho, en estos cinco años de gobierno, pudimos sentarnos en la vereda de frente y tirar cascotes. Fijate que todos los 2 de marzo le hacemos una serie de planteos al presidente de la República con un método, para qué sirven, cómo hay que hacerlo, por qué hay que hacerlo… ¿Quién nos obliga? Es una actitud positiva. Fueron 22 propuestas en 2016, 20 propuestas en este 2017, hemos tratado de avanzar con una agenda propositiva. Es una actitud positiva de la vida.

-¿Qué méritos le reconocés a este gobierno?

-¿A este de Vázquez? (Piensa) Me cuesta… me cuesta… Te diría que es un gobierno sin rumbo, que está como terminando y va poco más de la mitad, que ha renunciado a los grandes cambios, y que ingresa al gobierno con una profunda dosis de deshonestidad intelectual…

-¿Lo decís por el aumento de tarifas?

-Es que en campaña electoral dijo cosas que nosotros decíamos: «No, no es cierto». Y Astori y Vázquez me acusaron a mí y a Azucena Arbeleche de generar incertidumbre. Reconocerle a algo a este gobierno me cuesta, me cuesta…

-¿Nada bueno? No seas malo…

-Me gustaría encontrarle (cosas positivas), seguramente hay, pero me cuesta encontrarlas.

-Para evitar un nuevo aumento de tarifas públicas, el senador Bordaberry propuso parar el Antel Arena (y así ahorrar 80 millones de dólares), dejar de ponerle dinero al cemento y la cal o dejar de aumentar el número de funcionarios públicos. ¿Por dónde ahorrarías vos?

-Lo de parar el ingreso de funcionarios públicos fue una propuesta de varios partidos políticos. Incluso el ministro de Economía dijo que era buena, aunque después no lo cumplió. Pero se calcula que -números más, números menos- que si no se llena un tercio de las vacantes anuales, estaríamos generando un ahorro de 80 millones de dólares anuales, acumulativos. El Antel Arena, no creo que sea lógico plantear pararlo ahora, que está muy avanzado. Pero hay temas: los cargos de confianza, la mejora en las compras, mejora en las empresas públicas. La gran cuestión acá es que fue un aumento en contra de las empresas públicas. Yo presidente de UTE: tengo excedente de energía, energía firme y energía no renovable… Bueno, ahí tenés una cosa positiva de este gobierno. Han hecho un esfuerzo en la UTE, el año pasado dijiste que podías bajar las tarifas, te obligaron a subirlas, y este año ni te consultaron. Ni consultaron a Ancap, a UTE o a OSE, ni a Antel. Este aumento es para tapar el déficit del gobierno.

«Este es un gobierno sin rumbo, que está como terminando y va poco más de la mitad, que ha renunciado a los grandes cambios, y que ingresa al gobierno con una profunda dosis de deshonestidad intelectual».

-¿Crees que se hubiera evitado alguna muerte con el registro de abusadores que propusiste hace 9 años?

-Es temerario decirlo. Es muy delicado este tema. Yo traté de no hablar de esto. Yo dije que era un día de tristeza, saludé a la familia de Brissa y dije que «mañana hablaremos de proyectos de ley», pero no lo dije por mañana, al otro día, sino como decir «en un futuro». ¿Qué pasa? Suceden estos episodios, los políticos hablan todos, ustedes los periodistas hablan todos, pasan dos o tres semanas, los políticos no hablan tanto, ustedes tampoco, los muertos están muertos, las familias cargan con su tristeza de por vida, y los violadores y abusadores siguen por ahí, y no sabemos quiénes son.

-Algunos técnicos creen que no soluciona nada, y que incluso puede estigmatizar a alguien que no cometió ningún abuso.

– Yo creo que es una muy buena solución. En Uruguay podés ser casi un muerto comercial por  estar en el Clearing, y si sos violador o abusador podés andar por el país sin que nadie sepa a ciencia cierta si lo sos o no. Es para prevenir que un abusador de menores no sea DT  de un cuadro de baby fútbol o no maneje un bus de escolares, por ejemplo.

-Una vez, durante tu primera legislatura como diputado por Canelones, me dijiste que cuando George Bush padre llegó a la residencia presidencial que usaba tu padre, entonces presidente de la República, llegaste en pleno almuerzo, transpirado y con los zapatos embarrados porque venías de un partido de fútbol 5. ¿Fue una muestra de rebeldía ante el sistema político?

-Sí, lo interpretaste bien. Yo tenía 17 años. En realidad la rebeldía no era respecto a los políticos. Me rebelé contra mi padre, que era el presidente. También tiene que ver con la inmadurez de la edad. Esa rebeldía no debe morir, pero debe cambiar el signo. El día que dejás de rebelarte es el día que empezás a morir un poco. No podés ser un tipo negativo, porque si te rebelás siempre por cosas negativas, no sos agente de transformación. El agente de cambio es el que rompe límites, pero por la positiva… ahí la tenés. Era un almuerzo con el presidente Bush padre y mi lugar quedó vacío, me fui a jugar al fútbol 5.

-¿Y en qué momento cambiaste de opinión y decidiste involucrarte en política?

-El 17 de marzo de 1997, a la una y media de la madrugada. Creo que siempre tuve el germen de la vocación de servicio, rebelarme contra lo que crees injusto. Yo hice un proceso de adolescencia atípica, dura, fuerte, compleja. Siempre le pido disculpas a mi madre, que vivía con el corazón en la boca…

-¿Por qué? ¿Qué tuvo de dura tu adolescencia?

-Porque era un tipo de tomar riesgos, de no tener muchos límites, hijo del medio, petiso, inseguro…

-¿Las drogas tienen algo que ver con eso?

-Las drogas son una consecuencia, no es una causa. La experimentación con drogas la tuve.

-No llegaste a ser adicto…

-No, no, yo rompía límites. Nunca tuve que ir a una clínica ni nada de eso. Cuando probé cocaína y alguna pastilla, estaba jugando al rugby en primera, y entrenaba tres días a la semana, iba al gimnasio. Ponele que tenía 20, 21 años. Y un día dije «ya está». No era un consumidor cotidiano.

-Y a todo esto, ¿qué pasó el 17 de marzo del 97 a la 1.30 am?

-Hay una suma de episodios. Yo estaba terminando mi carrera de abogado, en la campaña por la reforma constitucional del 96 tuve una actitud más proactiva en la militancia, más de colaboración… Yo tenía un amigo, Tomás, que tenía una confitería en Las Piedras, que había formado un grupo en Canelones y yo me había involucrado. Esa noche estábamos con Rodrigo, un amigo mío que trabaja en política, y ya veníamos dándonos manija de que no podíamos quedarnos afuera de la cosa pública, y no me olvido que estábamos en Cerro Colorado, en Florida, estábamos comiendo una paleta de oveja y tomando vino Santa Teresa rosado -hay una foto que lo recuerda-, hicimos un brindis y ahí decidí que me iba a dedicar a la política, que mi vida iba a ser esto. Todavía no me había recibido, pero decidí que el título era para colgarlo, no para ejercer. A la postre me formé como un hombre de derecho, no me considero un abogado.  En el campo había un reloj viejo, de esos que tienen hora, día y mes, pero con manecillas. Lo descolgamos y nos sacamos foto con el reloj. Rodrigo (Ferrés) sigue acompañándome en política.

«Cuando probé cocaína y alguna pastilla, estaba jugando al rugby, entrenaba tres días a la semana, iba al gimnasio. Ponele que tenía 20, 21 años. Un día dije ‘ya está’. No era un consumidor cotidiano».

-¿Con qué frecuencia te juntás con tu padre a hablar de política y analizar el panorama?

-Con ninguna, no lo hago. Tuve un problema el pasado domingo. Hacía pila que no me veía con mi viejo, los invité a todos a un asado a casa. Llegan y me empiezan a hablar de política. Contesté una pregunta, dos, hasta que les dije: «¿Les puedo decir una cosa? No hablemos de política». Yo venía de Florida, Rivera, Tacuarembó, Colonia, por la mañana me fui a un bautismo en Las Piedras, y no había visto ni a mi mujer y mis hijos. Por otro lado, mi padre, que es un bicho político, tenía la ansiedad de hablarme de política…

-¿No te llama, no te mensajea, no te rezonga por haber dicho algo?

-¿Sabés qué? Me manda mails, jaja. Sobre todo cuando está de viaje. Y se calienta porque no se los contesto, no de mal agradecido, sino porque estoy al palo. Rezongarme seguro que no. Opiniones distintas, obvio que tenemos. Yo trato que la relación sea padre-hijo o de abuelo (con mis hijos).  Mirá… ellos pertenecen a una generación que tenía tiempo, de cuando las medidas se podían tomar con serenidad, con planificación,  nosotros pertenecemos a la generación de la coyuntura, del ya, de la inmediatez.

-La generación del tuit.

-Exacto. Es que la interconexión mundial hace que todo vaya más rápido. Entonces, esa velocidad no la podés frenar. La generación anterior tenía tiempo de mirar para atrás 30 años y mirar para adelante 30 años, con lo cual es bueno hablar con esta generación pasada… Por eso en las elecciones pasadas propuse crear el Consejo de Ancianos y me dieron palo que en las Llamadas.

-¿Ya no te afecta que te tilden de pituco u oligarca?

-Oligarca nunca… Bueno, pobre Juan José (Domínguez, legislador del MPP que lo llamó «oligarca puto»), yo creo que le salió su parte más refractaria, yo tenía una buena relación con él. Al mes me vino a pedir perdón, me dijo que estaba muerto… Le contesté: «A ofensas públicas, disculpas públicas. El día que te disculpes públicamente, yo dejo cerrado el asunto». Y lo hizo, como al año, en un programa de radio. Ahora lo veo y lo saludo. Y lo de pituco… a mí no me lo dicen, ponele que en redes. Yo que sé, es un estereotipo, yo no me califico así. No sé si soy más o menos pituco. Ahora, que tuve más oportunidades que otros uruguayos, sí, y eso me hace un deudor de la sociedad.

-¿Cuál es tu modelo de presidente a seguir, el modelo de administración en el mundo que te inspire?

-Ninguno en general, alguna cosa de alguno… Me gusta Trudeau (Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, líder del Partido Liberal) por la frescura, porque tiene enorme seguridad en sí mismo, creo que (el presidente de Francia, Emmanuele) Macron y Trudeau tienen una cosa muy importante que es que transmiten que están felices haciendo lo que hace, gente fresca, convencida, segura, con una aproximación a los temas sin muros, sin dogmas, y eso no significa que no tengan ideología. Creen, sienten y se arriman a los temas sin complejos. Y cuando pienso en otros gobernantes que tuvieron trayectoria: creo que el presidente (del gobierno español José) Aznar tuvo muchos aciertos y cometió algunos errores que le costaron la derrota, pero conceptualmente, levantó la sociedad española, le dio un lugar en la Unión Europea; y algunas cosas de la fortaleza de (la premier británica Margaret) Thatcher y algunas cosas de sensibilidad de Tony Blair, que tienen puntos en contacto, con estilos distintos.

-¿Crees en el viejo modelo de izquierda y derecha?

-Creo que es una forma simple de poner etiquetas. Para eso puede seguir siendo válido. Pero alguien puede decir que Lacalle Pou es de centroderecha o derecha, dirán algunos. Yo te pregunto: ¿autocultivo de marihuana qué es? Izquierda dirá la mayoría. El primer proyecto de ley en la historia de América Latina lo presenté yo. ¿Fertilización asistida es izquierda o derecha? Capaz que me dicen izquierda. No destruir los antecedentes penales de los menores infractores, ¿qué es? Capaz que dicen que es de derecha. Y también lo presenté yo. Entonces, es muy difícil… Yo entiendo que alguna gente necesite encasillar, pero no me veo así.

-Me mencionabas proyectos asociados a una sensibilidad de izquierda. Pero no votaste el matrimonio igualitario, y recientemente se te señaló que fuiste a la boda de Sergio Puglia…

-No tiene absolutamente nada que ver. Yo respeto el amor entre gente de diferente o del mismo sexo, es más, lo celebro. Lo que no aprobé fue el concepto de matrimonio. Nosotros presentamos un proyecto de ley de unión homosexual, simplemente no creo que se ajuste el concepto de matrimonio. No estoy en contra de la unión, no estoy en contra de que ambos integrantes tengan derechos, no en contra de derechos hereditarios, no en contra de bienes en común.

-¿Y por qué matrimonio no?

-Porque la definición de matrimonio es heterosexual. Ahora ya obviamente no es así. Pero no estoy en contra de la unión homosexual. La ida al casamiento de Sergio Puglia, a quien le tengo afecto y él me invitó a un día de felicidad en su vida, ¿cómo no lo voy a acompañar?

-¿Cuáles son tus dos grandes rivales de acá a las elecciones nacionales? ¿Con quién te imaginás definiendo?

-Estamos haciendo todo para que así sea. Para que dentro de… (se fija en una aplicación en su  celular que le dice cuántos días faltan para el 1° de marzo de 2020)… dentro de 808 días nos toque asumir el gobierno. Para la segunda vuelta quedan 710, para la interna 563 y para la de octubre (de 2019) 682. Estamos trabajando para ganar, para hacer mucho en el pregobierno que es el día después del balotaje y el día anterior al 1° de marzo.

«Mi padre me manda mails. Y se calienta porque no se los contesto, no de mal agradecido, sino porque estoy al palo. Rezongarme seguro que no. Opiniones distintas, obvio que tenemos. Yo trato que la relación sea de padre-hijo».

-¿Pero con quién te ves definiendo?

-Si yo fuera un analista político, quienes tienen más adhesión en el Frente Amplio son Mujica y Martínez. Pero no me importa tanto quién puede llegar a ser el candidato del FA, porque todos han estado en el gobierno del FA. Y son de alguna manera responsables de la gestión del gobierno.

-Entonces te ves ganador de la interna blanca…

-No doy ningún partido por ganado. Pero tengo un enorme desafío, porque ahora vamos de favorito, no como en las internas pasadas. Es difícil. Y además el partido es el principal retador del gobierno. Pero en la interna, nosotros decimos que hay que pelearla como si fuéramos 5 a 0 abajo…

-Lindo tanteador ese… Ahora, dentro de 808 días, si te toca asumir, ¿cuál sería tu primera medida en marzo de 2020?

-En realidad hay que tenerlas claras antes del balotaje. En parte, porque hay que proponérselas a la gente para que te vote, y por otro lado porque si ganamos, vamos a asumir después de 15 años de un partido político con mayoría absoluta y la oposición, la ñata contra el vidrio. Y asume y tiene casi un año sin presupuesto propio. Hay que hacer cambios profundos y sin un presupuesto propio. ¿La idea cuál es? Conseguir una mayoría en las cámaras, que esa mayoría refleje el Poder Ejecutivo, me gustaría un Ejecutivo con la mayor cantidad de líderes políticos posibles, para que tengan resolución y no tener que ir a consultar a su partido y volver para atrás, pero todos volcados a un texto legal que será un proyecto de ley de urgente consideración. Y ahí, tipo reloj suizo, será un proyecto de ley con muchas áreas, muchos ámbitos, que marcará los primeros 100 días de gobierno. Por eso no le asigno tanta importancia a un tema, le asigno importancia a ese proyecto de ley que va a tener varios temas.

-¿O sea que podrías llegar a tener líderes del Frente como ministros de tu gabinete?

-No sé si del Frente… Voy a tener dirigentes de aquellos partidos que me den la mayoría parlamentaria y voten ese proyecto de ley de urgente consideración. La necesidad de dar señales va a ser urgente. Por eso le doy mucha importancia al pregobierno: ese período entre que ganaste la elección y la asunción.

-¿Qué bolilla le das a tus hijos? ¿Estás al tanto de sus deberes de la escuela?

-Sí.

-¿Los ayudás?

-No.

-¿Los aconsejás para desarrollarse en la vida?

-Sí.

-¿Llegás a verlos dormir?

-No… Mirá, mis tres hijos son buenas personas, son buenos compañeros, buenos hermanos, buenos hijos y son buenos estudiantes. (Se emociona).

-Se te llenaron los ojos de lágrimas. ¿No los ves mucho durante el día?

-Y… no puedo, bo. Mi hija (Violeta) salvó el año con 11, mejor atleta, y mejor jugadora de hockey, mi hijo Luis, que es medio remolón, salvó con 8, Manuel pasó al liceo, salvó el egreso.

-¿Sos feliz?

-Sí. A ver, la vida es un permanente electrocardiograma, pero si paso raya, sí. Soy un agradecido.

Fuente: Montevideo Portal